sábado, 20 de diciembre de 2014

Odio la poesía


Jamás me había sentido tan vacía... de palabras. Te las has llevado contigo y resulta que usarlas es lo mejor que sé hacer. Solo me has dejado con la monotonía del sustantivo y de las palabras feas, largas y esdrújulas del diccionario. Me cuesta abandonar la verticalidad que ofrece el verso y solo te puedo culpar a ti. 

Me has robado la poesía.

Ahora que te has ido, ¿se irán para siempre las metáforas y las rimas asonantes que tanto me gustan? ¿Es esto un adiós o un hasta luego? Dime, ¿qué piensas hacer tú con todos esos recursos que no sea dejarme con la palabra en la boca?

Pensaba que al partirnos por la mitad, cada uno se llevaría la misma porción de chocolate. Pero olvidaba que eras tú el que cortaba y te llevaste bastante más de lo que te correspondía. Te has llevado contigo mi magia. Mi esencia. Me has llevado contigo sin quererlo y aquí solo hay un cuerpo que exige su alma a golpe de prosa.

Me has robado la poesía. Me has quitado la vida.

Temo que "poesía" y tu nombre sean sinónimos, y temo también que tú te hayas percatado de ello primero. La necesito porque los versos me obligan a encontrarme a mí y a buscarte a ti entre ellos.

Bonita excusa para que vuelvas.


2 comentarios:

  1. Sin duda sentimientos muy arraigados, fuertemente expresados por un corazón que tiene ganas de sentir de nuevo aquello que se marchó pero deja una huella indeleble en nuestra experiencia, existencia y, obviamente, en cada ausencia.

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    1. Sin duda alguna, uno de los aspectos más gratificantes para todo aquel que escribe, es que el lector capte las emociones que intenta plasmar el autor. Por lo tanto he de decir que estoy satisfecha, ya que he conseguido mi cometido.

      ¡Muchas gracias por compartir tu opinión! Saludos.

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