sábado, 19 de abril de 2014

Pausa publicitaria en ti

Resulta que eres el único canal disponible en mi televisor.
No hay programas.
No hay horarios.
Solo tú y tu intento de manipulación.

Anuncios de productos patrocinados por mi rabia ante tu indiferencia.
Mensajes subliminales que, según las estadísticas, sólo capta una persona de tus cientos de telespectadores.
Eslóganes repetidos hasta la saciedad que acaban adheridos a mi cabeza.

Y yo aquí, atrapada en este cuarto oscuro, acompañada de este aparato y a la vez de la nada.

Sé que el resto tiene un sinfín de alternativas, pero la única que yo tengo es pulsar el botón y apagarte de mi vida.
Y no quiero.
Porque eres lo único luminoso entre estas cuatro paredes negras, bajo este techo derrumbado y sobre este suelo inestable.

Supongo que seguiré sufriendo mientras mis ojos tengan goteras de tristeza.

Mientras tú, ajeno a todo esto, sigues emitiendo.


Y tan feliz.



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